viernes, 23 de mayo de 2008

Porvenir

Ti ru ri...

Ti ru ri...

Ti ru ri...

Por más manotazos que le arrea, el despertador sigue sonando.
¿Ya son las siete?
Derrotada, se incorpora con los párpados incapaces. Tantea el camino a ciegas hasta la cocina y, cuando al fin logra vislumbrar algo, percibe la atmósfera inacabada de la madrugada aún en ciernes. El sopor se evapora de pronto, con la visión que vomita el reloj a punto de cruz de su abuela: las tres y cinco.

Pero, ¿cómo es posible? ¿Acaso el despertador ha cobrado vida propia? Porque, si acaso, alguna vez atrasa pero, ¿es capaz este cacharro de adelantarse cuatro horas en el tiempo?

Con lo insólito de aquel despertar martilleando en la cabeza, vuelve a su cuarto. Los ojos, ahora como platos, van en busca del causante de tamaña afrenta.

Esto es el colmo.

Mira el reloj y se cierne sobre ella una turba de pensamientos. El aparato dice que son las tres y cinco. (Puede que sin saberlo se enfrente a un extraño desafío del devenir temporal. O quizá, piensa también, se esté volviendo loca. Y se pellizca, sólo por si acaso vaya a estar aún durmiendo) .

Mira el reloj de nuevo y se frota los ojos por enésima vez. La minúscula aguja que interrumpe sus sueños cada mañana a las siete permanece en su sitio, impasible.

Imposible.

Entonces, de nuevo:

Ti ru ri...

Ti ru ri...

Ti ru ri...


Al fin descubre de dónde proviene. Es el móvil. Dentro, un sobrecito lleva dos horas esperando ser abierto.

"Lo que acabo de leer me ha hecho caer alguna lagrima…"

Y lo que acaba de leer ella en aquel preciso momento le provoca una sonrisa. Tierna, de niña. Y así se duerme. Dejando venir el

p o r v e n i r 

Te llaman porvenir
porque no vienes nunca.
Te llaman: porvenir,
y esperan que tú llegues
como un animal manso
a comer en su mano.
Pero tú permaneces
más allá de las horas,
agazapado no se sabe dónde.

¡Mañana! Y mañana será otro día tranquilo
un día como hoy, jueves o martes,
cualquier cosa y no eso
que esperamos aún, todavía, siempre.

Ángel González
'Porvenir'

miércoles, 7 de mayo de 2008

Rolling Stones gather no moss?

Now and then you turn upside down
even when the rolling stones gather no moss.
Then the thoughts
–both yours and mine-
became a back-and-forwards pendulum.
My chameleonic ego
changed colour
from white to black
and suddenly transparent.
Threads mixes,
touches, moves away, flows
and then everything turns into sea and ski.