domingo, 26 de febrero de 2012

Escena de restaurante: lección número seis

Niño se divierte correteando de la cocina al comedor y del comedor a la cocina mientras Padre y Madre terminan de cenar.

Ellos no se lo reprochan. Padre y Madre son íntimos de los dueños y para Niño aquel siempre ha sido su segundo hogar.

Carnaval ha terminado y en el restaurante hay varias máscaras para distraer a los pequeños y para que, como diría Serrat, dejen ya de joder con la pelota.

La camarera argentina le ofrece a Niño que escoja una de las máscaras para llevársela a casa. Niño duda entre un tigre y un orangután. Se encapricha con los dos y Padre le explica que en esta vida es preciso elegir.

Cuando Niño se decide por la máscara de tigre, Padre le sugiere:
-¿Y por qué no las dejamos todas aquí? Así podrás jugar con la que más te apetezca cada vez que volvamos.

Niño le mira y, convencido, le responde:
-Claro. Y además así todos los niños podremos jugar con todas las máscaras.

Entonces, envidié ser Niño. Envidié ser Padre. Y ser Madre.

sábado, 25 de febrero de 2012

[Sol de invierno]

En la luz del sol de invierno,
baño mis ojos con el recuerdo,
y te hablo poniendo en cada rayo una flor,
en cada palabra un beso,
y en cada beso te acuno,
mientras susurro, gracias, en tu oído.

Los perros del parque me vienen a saludar con cariño,
cada vez y siempre que sueño sin dormir
en los rayos de Intí.

Me delata la ternura que siento,
al escucharte hablar desde tan adentro
mi flor de invierno.

Ya se fue la luz del sol,
pero en mi corazón hay un fanal encendido,
es la flor de las cuatro estaciones,
ella me da ilusión y esperanza,
con menos no me conformo.

18 de octubre de 2011

lunes, 20 de febrero de 2012

Bonjour tristesse (3,7) : la cinquième leçon

Yo me moriré, tú seguirás viviendo.

Tres días después de mi cumpleaños me mordió aquella serpiente. Al principio sentí rabia, mucha rabia, pensando en que tú terminarás por guardarme en el cajón de las vidas que no volverán o, lo que es peor, por olvidarme. Que encontrarás otra mujer, muchas mujeres, nuevas maneras de cocinar, otros Nacho Vegas, extrañas manías, distintas cosas a las que amar y otras penas que ya no serán las mías. Con la muerte mirándome a los ojos, lo único que me dolió aquel día fue la convicción total de que tú me acabarás olvidando.

Mais non.

Siete días después de mi cumpleaños tengo la certeza de que es mejor así.  Tú tendrás tu segunda oportunidad: alguien te dará lo que no te di yo. Y sobre todo, ella no te dará lo que yo te di.

Y así, entonces, yo te estaré dando lo que antes no supe.