jueves, 18 de mayo de 2006

SILENCIO


El calor ha escapado de madrugada.
Cuando me dormí, empañaba los cristales,
las sábanas, mi piel.
La ducha de la mañana se llevó el sudor que me cubría,
y también el sueño...
Noche sofocante, de enrarecido ambiente.
Cuando me dormí creí -incrédula- sentir el silencio
en Madrid, por primera vez.
Quizá mis sentidos aturdidos
por el bochorno y las vueltas en la cama
me jugaron una mala pasada.
No conseguí percibir el motor lejano
de algún conductor sonámbulo,
ni el ruido perpetuo de la ciudad,
tan sólo mi respiración...
Como si todo hubiera,
por un momento,
quedado inmóvil,
o quizá fuera del tiempo...
O quizá
yo ya dormía.

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