jueves, 31 de enero de 2008

Kamchatka


Es tiempo de máscaras y de silencios. Las mañanas teñidas de niebla se descongelan al sol desde la balconada de La Laboral. Pasan las horas, engordan las listas de muertos, caen civiles, soldados, opositores a Kibaki. Caen teletipos de la impresora. Luego de tarde me asustan las lágrimas porque proceden de fuentes que desconozco.

A veces el día torna en road movie y se convierte en una sucesión de nadas con sabor a todo. Otras, los deseos quedan atrapados dentro de mi y trato de ahogarlos en la bañera, pero resisten agarrados a las cañerías con uñas y dientes y vuelven a salir triunfantes por el desagüe para asistir al vía crucis del atardecer. El invierno debe ser duro en Kamchatka.

4 comentarios:

servidora dijo...

El invierno es duro en todas partes, pero sólo si está por dentro :-)

No hagas caso del calendario, estamos a 22 de marzo...

Catuxa dijo...

Y dime, Servidora... ¿Cómo se saca el invierno de dentro?

servidora dijo...

Es jodido :-)
Creo que el truco está en creértelo, incluso a pesar de ti. Y en pedir ayuda.

:-) :-*

servidora dijo...

Una de las cosas que me ayudaron :-)

You can turn the clock to zero, honey
I'll sell the stock, we'll spend all the money
We're starting up a brand new day

Turn the clock all the way back
I wonder if she'll take me back
I'm thinking in a brand new way

Turn the clock to zero, sister
You'll never know how much I missed her
Starting up a brand new day

Turn the clock to zero, boss
The river's wide, we'll swim across
Started up a brand new day


:-)