Niño se divierte correteando de la cocina al comedor y del comedor a la cocina mientras Padre y Madre terminan de cenar.
Ellos no se lo reprochan. Padre y Madre son íntimos de los dueños y para Niño aquel siempre ha sido su segundo hogar.
Carnaval ha terminado y en el restaurante hay varias máscaras para distraer a los pequeños y para que, como diría Serrat, dejen ya de joder con la pelota.
La camarera argentina le ofrece a Niño que escoja una de las máscaras para llevársela a casa. Niño duda entre un tigre y un orangután. Se encapricha con los dos y Padre le explica que en esta vida es preciso elegir.
Cuando Niño se decide por la máscara de tigre, Padre le sugiere:
-¿Y por qué no las dejamos todas aquí? Así podrás jugar con la que más te apetezca cada vez que volvamos.
Niño le mira y, convencido, le responde:
-Claro. Y además así todos los niños podremos jugar con todas las máscaras.
Entonces, envidié ser Niño. Envidié ser Padre. Y ser Madre.
1 comentario:
El sentido de la vida, aprender de todo y de todos??, precioso
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