viernes, 10 de noviembre de 2006

Niebla

Nadie respondió a su saludo cuando llegó a casa. Era de noche, tarde. Estaba empapada de niebla. Abrió la nevera, cogió una lata de mahou. Apuró un trago. No obtuvo respuesta cuando trató de hablar sobre su ajetreado día en la redacción. Acabó la cerveza. La niebla le había calado ya los huesos. Tampoco contestó nadie cuando dijo "hasta mañana", justo antes de saltar por la ventana. Nadie la encontró en la acera, ni en la cama. Ni en la niebla.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Ves como sí echas de menos compartir piso!!!
Si es que tantos años en la mejor compañía no son fáciles de superar... jejeje (la mejor compañía, también es la más modesta)

Ánimo y ven pronto a visitarnos, mamamar. Besines.